Mientras el último glaciar de Indonesia, el Puncak Jaya, se derrite a ritmo acelerado, debido al calentamiento global, y se prevé que la desaparición de los glaciares sea cuestión de años y no en décadas _como se calculaba hasta hace poco_, en el Golfo de México desde una vena petrolífera incontrolable emanan a borbotones cerca de 2 millones de galones de petróleo por día afectando diversos ecosistemas costeros, entre tanto se continúan registrando en diversos lugares del planeta temblores de tierra perceptibles como un inequívoco aviso de la madre naturaleza convocándonos a salvar la humanidad….
En pleno siglo XXI los incendios de pozos de petróleo y derrames, como los ocurridos en el Golfo arábigo-pérsico, durante la guerra en Kuwait (1992), arrasan con miles de vidas humanas y diferentes especies de animales y plantas, entre ellos frágiles representantes de la fauna marina como los delfines, tortugas y ballenas que se observan morir asfixiados entre el alquitrán que llega a las costas del sur de los Estados Unidos y donde también perecen aves raras: cormoranes y colimbos.
En las instalaciones militares de Norteamérica y basicados en estratégicos puntos del globo terráqueo, los nichos de ojivas nucleares esperan con su carga de muerte: cientos de toneladas de uranio empobrecido u activo forman parte de los proyectiles. Miles de toneladas de material bélico forman parte de la esquizofrénica actitud asumida por los estados imperiales, en franca y despiadada lucha por aumentar el poder destructivo de sus arsenales. No es una pesadilla del pasado los peligrosos desechos que aún permanecen encubiertos en los lugares más insospechados de los territorios urbanos que fueron víctimas de los ataques estadounidenses y de sus aliados contra Iraq y Serbia, por ejemplo. Para colmo, el gobierno de los Estados Unidos parece dispuesto a abrir un tercer y definitivo frente en el camino de la autodestrucción de la humanidad, como si no bastaran los flagelos causados por siglos de explotación y genocidio. Esta vez, se pretende que la República Islámica de Irán sea borrada del planeta (recuérdese que existen instalaciones para el uso pacífico de la energía atómica), aunque no sea la idea. ¿Podrán ocuparla para apropiarse de sus recursos naturales? Pero el costo será impagable.
Nadie duda el efecto de una reacción en cadena provocada por el lanzamiento de misiles cargados de bombas nucleares. Ninguna nación estaría a salvo, ninguna frontera sería infalible. Solo basta pensar que el terremoto que sacudió, recientemente, a Chile fue el resultado de una secuencia sísmica que afectó a la tierra y creó una grieta en el tiempo al mover el eje de la tierra y separar por kilómetros algunas ciudades del país austral.
¿Qué ocurriría si Israel ataca? ¿Quién podría decir que otros no responderían?
Muchos pueblos han sido víctimas del genocidio. ¿Será que el presidente Obama nunca leyó un libro sobre las guerras napoleónicas, o sobre la Segunda Guerra Mundial y la fallida estrategia de Hitler?
Desde que el señor Obama asumió la administración, se incrementó el número de soldados de 31 mil a 71 mil y pronto serán 104 mil. Además, en 2010 el costo de las operaciones será de 167 mil millones de dólares y las acciones se extendieron hasta la vecina Pakistán. O será que pretende demostrarnos la validez del refrán popular que dice: “las cosas nunca están tan mal, como para no empeorar un poco más aún”.
Los cálculos de los círculos imperiales son cínicos y siniestros. En medio de la efervescencia futbolera, una armada de más de doce buques de guerra de EEUU (11) e Israel (1) ha pasado por el Canal de Suez el viernes hacia el Mar Rojo. La flota incluye un portaaviones o dos según las fuentes. Según DEBKAfile bien conectada con las fuentes militares israelíes, la partida está encabezada por el portaaviones, el USS Harry Truman y su grupo de ataque de 60 caza-bombarderos y 6.000 tripulantes e infantes de marina. El destino final de la flota no se conoce aún, pero parece evidente que se dirige hacia el Golfo Pérsico, ya que esta es la ruta más directa desde el Mediterráneo.
A la cabeza de esta ofensiva se observa el rostro visible del primer presidente negro de los Estados Unidos. ¿Será que el novel Premio Nóbel de la Paz, quiere ser el responsable de colocar a la humanidad en un holocaústico penalti y marcar el próximo GOOOOLLL con G de guerra?
Fuentes: RHC, AIN, GRANMA, TRABAJADORES, JUVENTUD REBELDE, PL, REUTER, EFE, IPS, ANSA, AFP, XINHUA, TASS, DPA, AP.
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