jueves, 12 de agosto de 2010
......SON LOS SUEÑOS TODAVIA.....
Aun cuando el andar y sus reflejos no son los de otros tiempos, conserva intactos –diría mejor multiplicados- la fe en la victoria, el espíritu de lucha y sentido de la responsabilidad, su descomunal inteligencia, el agudo sentido previsor…
Fidel anda de cumpleaños. Lo saben admiradores y detractores. ¡Cómo no saberlo si desde hace mucho ha dado tanto de qué hablar! El bien ajeno, el de sus compatriotas y también del resto de los desposeídos que habitan el planeta, son el mayor sentido de su vida.
Sin nada que ver con decretos ni imposiciones, su pueblo ha hecho de la fecha una celebración de todos; sentida, aunque por ganado que ello pueda estar, cualquier homenaje o reconocimiento él lo rechaza al considerarlo inmerecido. Y obedece a una razón sencilla: cree en el principio martiano de que toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz, tanto como en la pujanza de la verdad y el valor de las ideas.
Fidel atesora 84 primaveras. Ya no es aquel joven rebelde impetuoso que bajó de la serranía, pero igual, gracias a los méritos y cualidades que le distinguen, la misteriosa comunicación que ha logrado con su pueblo y la fuerza que de sus palabras y cuerpo emanan, arrastrado por una autoridad que no radica en cargos, cada cubano patriota ha interiorizado que si un día no quedara nadie más en Cuba, él solo, inspirado en el ejemplo de Fidel, podría seguir adelante con la Revolución hasta llevarla a su término feliz.”
Si Martí es el guía espiritual de la nación cubana, Fidel es el alma de la Revolución.
Ya no le vemos, con su paso extendido y firme, en la fábrica por la mañana, en el surco por la tarde y de noche en la Antillana; el lunes, tal vez, en la oficina y el domingo en el cañaveral… Se ha impuesto la lógica del tiempo, sin embargo en el caso particular de Fidel, a ella se le contrapone la lógica de su personalidad. Está acostumbrado a sortear todo tipo de dificultades sin permitirse el lujo de perder y, airoso como de otros lances, se ha impuesto a la enfermedad que quiso atenazarlo.
Ya recuperado, lo vemos entero y disparando cañonazos. Aunque con más sosiego, desde otras trincheras, ha recobrado su habitual ritmo de trabajo. ¡No descansa! Casi a diario nos regala una reflexión, programa un encuentro con unos o con otros, se da una vuelta por aquel u otro sitio. Alerta, emplaza, da argumentos, desenreda entuertos para que los pueblos recuperen la memoria verdadera. Sobre el planeta pende la espada de Damocles, pero él, también Quijote al fin y al cabo- piensa que no solo un mundo mejor es necesario sino además posible. Más justo, solidario, fraterno.
Y como para multiplicarle y también multiplicarnos el júbilo a sus compatriotas, con él está igual de cumpleaños René González, otro de los nuestros que ha hecho del servicio a la Patria un sacerdocio.
La batalla por el cese del injusto encierro a que le tiene sometido el imperio, junto a sus cuatro compañeros de causa, Fidel la ha convertido en permanente lucha. Ha prometido hacer trizas las falsas acusaciones que les imputan a los Cinco. A pesar de tanta felonía, una cosa ha dicho: ¡Volverán!
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