jueves, 21 de octubre de 2010
El show debe continuar…
REINALDO TALADRID HERRERO
De nuevo está el gran show electoral en los Estados Unidos, donde en esta ocasión se van a elegir todos los miembros de la Cámara de Representantes, un tercio de los senadores y 36 gobernadores.
Es una prueba de fuego para cualquier Administración después de sus dos primeros años. En este caso muchos lo aprecian como un verdadero referéndum a la labor de la gestión de gobierno de Obama.
Van a ganar los candidatos Republicanos, eso ya es una realidad, la verdadera pregunta es cuánto van a ganar o mejor dicho cuánto van a perder los candidatos Demócratas.
El gran y casi único tema de estas elecciones es la economía, la economía y la economía con sus ramificaciones sociales y políticas, pero en esencia es lo que decidirá la mayoría de los votos.
No obstante, al resultar elecciones locales, la personalidad, características y tipicidades de los candidatos, así como algunos temas específicos de los territorios, también pueden tornarse clave en algunos casos.
Existe un marcado y ya medido fuerte sentimiento en los electores que van a votar (alrededor del 50% de los que pueden hacerlo), de votar contra el que esté en el cargo en Washington.
Los niveles de aprobación de la labor del Congreso están alrededor del 20%, pero para los representantes de ambos partidos, el gran malo es el gobierno federal, y los políticos tradicionales.
Verdad de Perogrullo: en los EE.UU. no se puede hacer política sin dinero y este año, como en casi todo proceso electoral, se rompen los récords del anterior en cuanto a dinero usado, recaudado y gastado en la campaña.
Al respecto quiero destacar dos temas:
Cada vez es mayor, y aumenta como tendencia, la cantidad de millonarios que deciden postularse ellos mismos y emplear parte de su dinero en salir electos, en lugar de gastar ese dinero en pagar las campañas de otros, o sea de los políticos tradicionales. Los ejemplos mas llamativos son: Meg Whitman ex presidenta de la firma de ventas digital E Bay, aspira a gobernadora de California (ha invertido 139 millones en su campaña, lo que representa que está poniendo 1 300 anuncios en la televisión por día); Carly Fiorina, ex presidenta de la firma Hewlett Packard que aspira a senadora por California (ha invertido cerca de 10 millones en su campaña) y Linda Mc Mahon, dueña de la firma de lucha libre a la americana World Wrestling Entertainment (ha invertido más de 50 millones en su postulación).
A esto súmenle que, como récord en estas elecciones, 163 aspirantes a un asiento en la Cámara de Representantes han invertido cada uno como promedio en su nominación más de 100 000 dólares de su dinero.
Y lo otro es que según denunció muy preocupado e indignado el propio presidente Obama, cada vez más intereses y compañías extranjeras a través de mecanismos como la Cámara de Comercio de los EE.UU., están invirtiendo dinero en las campañas de políticos republicanos.
Llama la atención que el Presidente y numerosos sectores de la sociedad norteamericana, estén ahora preocupados que se financie con dinero extranjero una campaña política en los Estados Unidos.
Entonces, ¿cómo es posible que ese mismo gobierno trate de financiar con dinero norteamericano a grupos de mercenarios dentro de Cuba? ¿Es o no es igual?
Si me lo hacen, me indigno, pero si yo lo hago está muy bien, ¿en qué quedamos?
El muy publicitado movimiento Tea Party ha demostrado en términos electorales ser una facción de extrema derecha que aspira a ganar creciente influencia dentro del Partido Republicano, pero no va a funcionar como un partido independiente.
El extremismo y descrédito en varios sentidos de algunos de sus candidatos, han perjudicado las aspiraciones republicanas en algunas elecciones claves como las del Senado en Delaware y Nevada. No obstante, el hecho de que de los 43 candidatos del Tea Party que apoyó en público Sarah Palin para ganar la nominación en las elecciones primarias republicanas, 32 hayan ganado, da una idea del muy complejo y peligroso ambiente social en que se está viviendo hoy en los EE.UU.
En estas elecciones se espera que por primera vez voten más electores republicanos que demócratas, motivados por recuperar la mayoría en la Cámara y el Senado y alentados por una desenfrenada campaña anti Obama ambientada en el malestar y frustración contra el gobierno por la situación económica y los incumplimientos de las promesas de campaña.
Los demócratas de Obama van a perder parte del voto negro, hispano y joven menor de 35 años, que votó por Obama en las presidenciales del 2008, ya que según las estudios no va a ir a votar ese día en su gran mayoría desencantados con lo que han visto en estos dos años.
En fin, sin poder entrar en detalles de algunos otros temas que van a influir en el resultado, todo parece indicar que:
Los Republicanos van a retomar la mayoría (218 escaños) en la Cámara de Representantes pues deben ganar de 45 a 50 escaños lo que les daría entre 220 y 225 representantes aproximadamente.
Los Demócratas perderán entre 6 y 7 asientos en el Senado, pero mantendrán una estrecha mayoría con 52 ó 53 asientos aproximadamente.
Quizás, podría pensar alguno, este tipo de análisis no resultaría meritorio periodísticamente por la repetición de elementos vistos en procesos electorales anteriores, solo si este resultado electoral, no tuviese incidencia en las decisiones que tendrá que tomar la Administración Obama, las cuales, para bien o para mal, tendrán consecuencias para el futuro de nuestra especie y del planeta.
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