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viernes, 12 de noviembre de 2010

Insólitas declaraciones sobre atentado contra Juan Pablo II



Alí Agca, quien disparó contra el papa Juan Pablo II, en 1981, declaró, insólitamente hace unos días, que el propio secretario de Estado del Vaticano estuvo involucrado en ese atentado. Por su parte, los médicos turcos le diagnosticaron a Agca un grave “desorden antisocial de la personalidad”.

ANKARA (ANSA). El “cerebro” que estuvo detrás del atentado contra el papa Juan Pablo II, realizado en Plaza San Pedro el 13 de mayo de 1981, habría sido el entonces secretario de Estado vaticano, cardenal Agostino Casaroli.

La declaración corrió por cuenta de Alí Agca, que fue quien disparó contra el pontífice y que además integró la organización conocida como Lobos Grises, liberado en enero pasado de la penitenciaría de Sinca, en Ankara, después de haber cumplido en total una pena de 29 años y dos meses de cárcel.

Agca estuvo preso 19 años en Italia por el atentado contra el Papa y luego en Turquía por el asesinato del periodista Abdi Opekci del diario Milliyet, aunque había sido condenado a prisión perpetua.

Hizo las declaraciones durante un programa televisivo transmitido por la cadena estatal turca.

Casaroli habría utilizado a dos de sus agentes, uno identificado por el ex “lobo gris” como “padre Michele” y una segunda persona, “agente del Vaticano”, para hacer llegar la orden a los ejecutores materiales.

“He hecho las pruebas del atentado junto con el padre Michele y otro agente vaticano. Los encontré en distintos lugares y fuimos juntos también a Plaza San Pedro para planificar el atentado. El arma utilizada vino de Austria”, indicó Agca.

“Recibí 50.000 dólares para realizar el atentado”, agregó el ex terrorista según el cual, a base de las órdenes recibidas, él “no habría debido matar al Papa sino herirlo” para hacer cumplir “una de las profecías de Fátima”.

El objetivo de herir al Papa, según Agca, era “hacer caer el imperio soviético. Después del atentado, las hostilidades contra la URSS aumentaron y todo se desarrolló como ellos (los mentores del atentado) deseaban”.

Ni la CIA ni la KGB

Agca dijo que en el atentado no estaban implicados ni la CIA ni la KGB ni ningún otro servicio secreto.

Esta fue la primera aparición de Alí Agca en una transmisión televisiva en su país.

En Turquía, diarios y cadenas de televisión evitan divulgar noticias vinculadas al ex “lobo gris” considerado por la mayor parte de los turcos como una “vergüenza nacional” por el descrédito que provocó a su país.

Por sus declaraciones en la cárcel y ante los tribunales, en Turquía creen que Agca está loco o que, al menos, trata de convencer a todos de estarlo y, de hecho, tras su liberación a principios de este año los médicos turcos le diagnosticaron un grave “desorden antisocial de la personalidad”.

El 13 de mayo del 2007, aniversario de su atentado, decidió abjurar de su fe musulmana y convertirse al catolicismo.

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